Acceso Directo - Parte 2

“Él siendo Dios sale a tocar nuestra puerta, para que le dejemos entrar y tengamos comunión con Él. Jesús no vino solo a salvarnos, sino a estar con nosotros."

- Pastor Andrés Castro

Si recordamos bien, en la primera parte de “Acceso Directo”, el Pastor Andrés nos enseñaba sobre el tabernáculo, sobre cómo Dios quería habitar en medio de su pueblo y cómo se hacía la adoración del tabernáculo en el Antiguo Testamento. Nos enseñó los métodos que hacían para el sacrificio y cómo eso se reflejaba en nuestro corazón. Recordemos que la puerta es Jesús, y sólo por medio de Él entramos a la presencia del Señor. En el altar de bronce, se quemaban los animales para el sacrificio, y ahora nosotros somos el sacrificio. La fuente representa el ministerio de la Biblia, la Palabra de Dios, que nos limpia y nos lava y debe ser nuestro reflejo de vida, para presentarnos delante del Señor.

Hagamos una pausa aquí en la Palabra. Sabemos que sin fe no podemos agradar a Dios, y que la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Esto quiere decir que los que no leemos la Palabra no podemos conocer a Dios, porque solamente ahí es donde conocemos al Señor y somos limpios. La Palabra también dice que somos bienaventurados los limpios de corazón, porque veremos al Señor. Es necesario que leamos la Palabra constantemente, porque no es suficiente solamente asistir a la iglesia, sino que debemos tener momentos con ella y limpiarnos cada uno.

Ahora, muchas personas nos quedamos en el Atrio y no entramos al Lugar Santo. El servicio de la iglesia es para Dios y no para la iglesia. La adoración es para Él y no nosotros. Cuando creemos que el servicio del fin de semana es para nosotros, estamos equivocados, porque se trata de Dios, no nosotros. Lo más peligroso es que seamos cristianos que nos quedemos en el atrio y nunca hayamos tenido con Dios. Moisés tenía conversaciones cara a cara con Dios, su rostro resplandecía, y Josué veía lo que sucedía sin moverse de ahí porque quería estar cerca del Señor. De la misma manera, Dios quiere tener encuentros con nosotros, cara a cara. Muchos cristianos tenemos ansiedad, temor y cosas con las que no deberíamos vivir. Pero cuando nos topamos con el Señor, salimos renovados. Jesús vino a quitarnos enfermedades y darnos vida.

Volviendo al tabernáculo, cuando se pasaba el primer velo y entraban al lugar santo, había una mesa del pan de la proposición, un candelero de oro y el altar del incienso. Hablaremos sobre la mesa del pan. Esta mesa tenía un diseño de oro en medio que representaba el señorío y reinado futuro de Cristo. Luego tiene 12 platos y copas que representan las 12 tribus de Israel. En el lugar santo ahora vemos oro que representa la deidad y santidad, mientras que en el atrio solo vemos bronce que representa el juicio y la humanidad. El atrio era ruidoso, público, olía a carne y sangre de los sacrificios, era iluminado y lleno de personas, mientras el lugar santo era silencioso, íntimo, olía a pan, era privado y solo entraban los sacerdotes. Entonces, en el lugar santo estamos con el Rey de Reyes y Señor de Señores, cara a cara.

Es como cuando tenemos una cita con la persona que amamos y no queremos interrupciones, porque estamos inmersos en esta persona con quien queremos compartir. Esto se llama comunión. La comunión la conocemos como algo que se hace en la iglesia, como la Santa Cena, pero realmente significa compartir un momento juntos. Nuestra sociedad tan llena de distracciones y dispositivos ha entorpecido nuestra comunión unos con otros, y además no tenemos comunión con Aquel que nos llama a la intimidad con Él. Dios quiere cenar con nosotros, y en Su Palabra nos dice que toca a la puerta y quiere que abramos la puerta para que cenemos con Él. En esa comunión hay ese intercambio de dolencias y enfermedades, mientras nos da paz, sanidad y vida.

Hay un momento después del patio, para la intimidad, para que nos sentemos con el Señor y cenemos con Él.

Reflexionemos

¿Te estás quedando en el atrio, o estás entrando al lugar santo?

¿Cada cuanto te limpiás con la Palabra de Dios para tener encuentros cara a cara con Él?

Versículos para reflexionar

Hebreos 11:6 - Romanos 10:17 - Éxodo 33:11 - Apocalipsis 3:20 - Job 42:5 - 1 Juan 1:6 - Isaías 53:4-5

Oración

Señor, hoy comprendo nuevamente que tu presencia vive en mí y que vivo para adorarte. Quiero estar contigo en comunión e intimidad, quiero abrirte la puerta para que entres a cenar conmigo, para que tomes mis dolencias y me des vida y paz. Señor te pido perdón por las veces que has tocado y no he abierto, porque ahora comprendo que quieres estar conmigo. Límpiame con tu Palabra para que mi rostro resplandezca y pueda conocerte más. Amén.