Agarrate Fuerte
"En el Reino de los Cielos, la gracia opera sobre la justicia."
-Pastor Andrés Castro
Muchos conocemos la historia del dueño de la viña que contrata a varios trabajadores y les da su paga justa, pero varios se quejan, a causa de su envidia, porque trabajaron más que otros y recibieron la misma paga. Esta parábola aparece a causa de una pregunta que Pedro le hace a Jesús y este le explica a Pedro cómo funciona el Reino de los Cielos, un reino que opera a partir de la gracia. Esta gracia que es dada libremente y no comprensible porque no se mide con acciones ni horas trabajadas.
En la parábola, vemos que los obreros llegan de la misma manera y son traídos por la misma persona, cada uno aceptó libremente ir a trabajar y tomó el trato de paga que le fue ofrecido. Cuando comenzaron a ver las condiciones de los demás, comenzó a surgir la envidia y el orgullo. Lo mismo puede sucedernos a nosotros. Jesús nos ha traído a todos al viñedo, al mismo lugar, pero muchos hemos comparado nuestra situación, nuestro servicio y nuestra condición con la de otros y se nos hace muy fácil juzgar y buscar una falsa justicia.
Cuando juzgamos y criticamos, nos alejamos de la gracia y dejamos de darla a otros. Servimos, conocemos a Jesús, leemos la Palabra, pero aún juzgamos. Los humanos buscamos justicia y equidad, y Satanás es un acusador y mentiroso, haciendo que codiciemos justicia convertida en juicio hacia los demás. Si el Señor fuera justo con nosotros, mereceríamos un castigo impagable, pero por su gracia escandalosa, recibimos perdón en Jesús. ¿No es injusto entonces el amor que recibimos de Jesús? Cuando actuamos en gracia, damos a entender que conocemos a Jesús, donde damos una gracia que no se comprende y actuamos según el Reino de los Cielos.
Cuando comenzamos a tener empatía por los demás y nos acordamos de la gracia de Dios, comenzamos a amar porque recordamos que esa gracia fue dada a nosotros y podemos darla a los demás. No podemos dar gracia si no recordamos que una vez la recibimos. Cada vez que hagamos esto, podremos celebrar que una vez fuimos perdonados y replicar lo mismo con los demás. Veamos lo bueno en los demás y amémoslos, así como hemos sido amados.
Reflexionemos
¿En cuáles situaciones solés juzgar a otros fácilmente? ¿A quién podrías darle más gracia?
¿Vos mismo ya recibiste la gracia escandalosa de Dios?
Versículos para reflexionar
Mateo 19:27- Mateo 7:1-5 - Juan 15:4-6
Oración
Señor, hoy quiero pedirte que sanes mis heridas que han causado envidia y orgullo. Abre mis ojos para ver a los demás como Tú los ves, y poder extender gracia hacia ellos, así como has extendido gracia para mí. Perdona las ofensas que he cometido contra los demás y recibo la libertad que me diste, para poder amar a los demás como Tú lo harías. Gracias por tu amor inagotable y tu gracia escandalosa. Amén.