¿Cómo caminamos?

"Una herencia es una razón para vivir en la tierra con los ojos puestos en el cielo."

- Pastor Alejandro Castro

Abraham es el ejemplo de la fe en las escrituras. La Biblia lo llama el padre de la fe, y todos los que creemos de esa manera somos considerados sus hijos. Así que debemos aprender qué hizo y cómo para ser exitosos en la fe también, y no hay nada para crecer en la fe como un buen testimonio, por lo que los héroes de la fe están todos en la carta a los Hebreos. Debemos recordar que Dios premia a aquellos que tienen fe, según su Palabra.

Abraham obedeció por fe. Si queremos ser obedientes a la Palabra de Dios debemos tener fe. Es más, la fe viene antes de la obediencia, porque cuando hacemos algo es porque sabemos que es lo correcto. Abraham dejó todo lo que le daba seguridad para obedecer a Dios, aun sin ver la promesa que Dios le daría aún. La fe opera creyendo en la Palabra de Dios sin necesidad de ver nada. Abraham debía dejar lo conocido e ir a un nuevo ambiente porque Dios quería enseñarle cosas nuevas que no podría poner en práctica o aprender si no salía de ahí.

Asimismo, todos nosotros hemos sido llamados a dejar lo conocido, nuestras viejas costumbres y actitudes que no tenían a Dios en ellas, y avanzar a una tierra prometida. Debe haber un abandono emocional y espiritual de lo que conocíamos sin Dios en medio. Hemos sido llamados a abandonar lo viejo y apartarnos para vivir conforme a la Palabra de Dios. Cuando ya no somos de este mundo, declaramos que el mundo no nos da lo que necesitamos sino Dios. El mundo y Dios no son compatibles y nosotros debemos decidir si amamos a uno o al otro. Debemos salir del lugar donde estamos para avanzar y crecer y permitirle a Dios darnos la bendición que tiene para nosotros.

Si nuestro corazón ama al mundo el amor del Padre no está en nosotros. No significa que Dios no nos ame sino que no está en nuestro corazón porque decidimos escoger el amor a algo más. Una herencia es una razón para vivir en la tierra con los ojos en el cielo, pero esa herencia no podemos recibirla si seguimos operando bajo un sistema donde no podemos entenderle. Por eso las personas sin fe no comprenden por qué los cristianos buscamos a Dios.

Dios solamente nos ofrece su amor, pero es nuestra tarea aceptarlo y amarlo de vuelta, para vivir según el Reino de los Cielos. Dios prepara la tierra para cuando lleguemos y nos prepara a nosotros también. Más que amar la tierra prometida, debemos amar al que nos la ha prometido. El tiempo de espera puede ser difícil, pero si mantenemos la vista puesta en la fe, nos dejamos formar y creemos en la Palabra de Dios, podemos lograrlo.

Reflexionemos

¿Dónde está el tesoro de tu corazón?

¿Estás firme en el Señor o tambaleas entre el mundo y la promesa?

Versículos para reflexionar

Hebreos 11:6 - Hebreos 11:8 - Juan 17:14-15 - 1 Juan 2:15 - Santiago 4:3-4

Oración

Señor, quiero alcanzar la tierra que me has prometido, pero más allá de eso, quiero conocerte y conocer tu libertad. No quiero amar al mundo sino a Ti y tu verdad, y necesito fe para lograrlo. Quiero recibir la herencia de tu bendición, poniendo los ojos en Ti y no en el mundo. Apártame para Ti y para amarte y glorificarte. Amén.