Cuando me siento agobiado

"Las cuevas son una buena oportunidad para quedarnos solos con Dios, y darnos cuenta de que cuando todos los hombres se van, el que queda es el Señor."

- Pastor Alejandro Castro

Si hay un personaje bíblico con quien podemos identificarnos casi todos, es David. A través de su historia y sus salmos podemos sentir en las fibras más profundas de nuestra humanidad, nuestras emociones, que David sintió en las diferentes circunstancias de su vida. Cuando leemos los salmos, podemos ver que no hemos sido los únicos que hemos pasado por ciertas pruebas. Debemos comprender que los cristianos sí pasamos por crisis, pero reconocer que de todo podemos salir triunfantes. David era valiente y guerrero, venció muchas batallas, pero se enfrentó con otros gigantes emocionales e internos. A veces las grandes batallas de nuestra vida están en la mente, y aunque parece ser un ataque externo termina siendo algo interno. David era un hombre de fe pero expresaba su humanidad también.

No tiene nada de malo pasar por una crisis, lo que importa es cómo la pasamos. Por eso la Biblia no niega que distintos personajes pasan pruebas y el Señor nos ha dado ejemplos de algunos que hasta tuvieron el deseo de morir por la dificultad. El Salmo 142 es un ejemplo que nos enseña para nuestra propia vida y nos enseña una oración, un clamor que podemos utilizar cuando pasamos por dificultad.

Las cuevas son una buena oportunidad para quedarnos solos con Dios, y darnos cuenta que cuando todos los hombres se van, el que queda es el Señor. Si hoy estás enfrentando una depresión, una lucha, debés saber que tal vez esta cueva puede ser la mejor oportunidad para ver la gloria de Dios sobre tu vida si te agarrás de él. A veces sentimos que solo nosotros estamos cruzando esta prueba, pero debemos saber que hay otros que ya han pasado por ahí y han salido victoriosos. Además, puede que sintamos que Dios nos abandonó, pero no es así, hasta David sabía que aunque no pudiera ver a Dios, estaba ahí y por eso oraba y escribía sus Salmos. Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo.

Hay momentos en la vida donde vamos a tener que clamar, sin importar dónde o con quién estamos. Debemos clamar sin temor, sabiendo que el Señor oye lo más profundo de nuestro corazón. Cuando clamamos nos quejamos de lo que estamos viviendo, que exponemos con libertad delante del Señor. Debemos clamar y pedir el consejo de Dios, porque cuando recibimos el consejo correcto, sabemos cuándo callar o hablar y cuándo salir o entrar.

Clamemos al Señor en medio de la prueba, seamos honestos con Él y sigamos seguros de que Él enviará lo que necesitamos para superar la dificultad.

Reflexionemos

¿A quién le pedís consejo en medio de la dificultad?

¿Hasta dónde vas para clamar a Dios?

Versículos para reflexionar

Salmo 142:1-7 - Mateo 28:20 - Proverbios 24:6 - Salmo 139:4 - 2 Corintios 12:10 - Salmos 40:1-3 - 1 Samuel 22:1-2

Oración

Señor, a veces siento que la prueba nunca acabará, pero hoy veo que no es la cueva quien me protege, sino Tu. No quiero correr a ningún lado porque no quiero nada más que Tú en mi vida. Rescátame porque no puedo pelear solo, porque con tu aliento puedo resistir y perseverar hasta tener la victoria contigo. Eres todo lo que necesito. Amén.