Desde Adentro
"Cuando somos conscientes de nuestro rol y propósito, tenemos que tomar decisiones valientes que nos hagan diferentes, porque por nuestros frutos nos conocerán."
- Pastora Flora Baeza
Dios tiene un plan para la iglesia desde el inicio y cada uno de nosotros es parte de ese plan para hablar al mundo sobre Jesucristo. Hay distintas maneras de darlo a conocer: hablarle a otros sobre cómo Jesús vino al mundo, nos rescató de la muerte y nos limpió del pecado con su muerte y resurrección; sirviendo con nuestros dones, operando en milagros y para que conozcan a Dios a través de su poder; o bien, a través de nuestra manera de vivir.
Cuando somos adoptados por Dios, aprendemos a vivir de una manera diferente. Por gracia de Dios somos llevados al Reino de Luz, entonces comenzamos a cambiar actitudes y comportamientos porque somos transformados cuando Jesús entra a nuestro corazón. Es nuestro propósito reflejar a Jesús. Somos como un reloj, que debe dar la hora. Si vemos que no dice la hora correcta, podemos saber que algo está mal dentro suyo y no funciona. Un relojero, al arreglarlo, no solo le pone la hora correcta y listo, sino que lo abre y lo revisa por dentro porque seguirá descompuesto.
Si no tenemos la manera de vivir como el Reino, la gente nunca va a ver a Jesús a través de nuestra forma de vivir. La Palabra dice que un árbol malo no puede dar fruto bueno, y si no estamos dando buen fruto, quiere decir que algo está mal en nosotros, alguna parte de nuestro engranaje está dañada y necesitamos que nuestro relojero nos destape y nos repare desde adentro, porque por nuestros frutos seremos conocidos. La gente nos conoce por como vivimos, como hablamos, como actuamos, y esos frutos no siempre son buenos.
Cuando somos conscientes de nuestro rol y propósito, tenemos que tomar decisiones valientes que nos hagan diferentes, porque por nuestros frutos nos conocerán. Siempre estamos haciendo algo, hablando con alguien, viviendo, y esas son las oportunidades para representar a Jesús. Tenemos la responsabilidad de ser cambiados, debemos decidir querer ser cambiados. Muchos conocemos a Cristo pero seguimos haciendo lo mismo. No puede ser así. Debemos conocer la Palabra y llevarla a la práctica, de lo contrario, nos estamos engañando. Debemos hacer lo que el Señor nos llama a hacer, no sólo escuchar.
Muchas personas creen que buscar ayuda es un síntoma de debilidad, pero realmente refleja fortaleza. Debemos comenzar a mover nuestro engranaje donde estamos porque ahí debemos ser luz.
La Palabra nos llama a dejar de vivir como los que no conocen al Señor, que busquemos tiempo con el Señor, personas que nos aporten, que sanemos, para dar fruto que realmente lo refleje y de buen fruto. Jesús nos quiere dar una nueva manera de vivir, y que los que nos rodean también sean impactados por nuestro buen fruto. Cambiemos nuestra manera de pensar y así cambie nuestra manera de vivir. Somos ciudadanos del cielo, apropiemonos de nuestra identidad como hijos de Dios y declaremos bendición sobre nuestra vida y nuestra familia.
Reflexionemos
¿Estamos dando fruto que representa a Cristo?
¿Qué podés hacer hoy para comenzar a cambiar?
Versículos para reflexionar
Mateo 7:17-20 - Santiago 1:22 - Efesios 4:17-32
Oración
Señor, hoy decido caminar como hijo tuyo. Ábreme como un reloj y señálame todos los engranajes que están dañados. Sáname y repárame para llevar buen fruto a las personas y así darte a conocer. Te pido que tu Espíritu Santo comience una obra en mí y me ayude a tomar las decisiones necesarias para cambiar mi manera de vivir. Amén.