El Desierto, ¿bueno o malo?

"Debemos aprender a ser hijos de la libertad."

-Pastor Alejandro Castro

Cuando pensamos en el desierto, solemos pensar en prueba o dificultad, pero el desierto también significa transformación, victoria y bendición, encuentro y comunión. Si es para que Dios nos restaure y volvamos a enamorarnos de Él, el desierto es bueno. Todo depende de cómo lo enfrentemos. No todo desierto es para nuestra destrucción y tristeza, El desierto es una buena oportunidad para crecer y ser mejores hombres y mujeres, nos invita a depender de Jesús. Ahí en el desierto se agudiza nuestro odio para escuchar mejor a Dios y somos más sensibles para verlo a Él. Este puede ser un buen lugar para que el bullicio del mundo no nos impida escuchar a Dios y dejarlo transformarnos. Hay varios personajes en la Biblia que en el desierto escucharon o se encontraron con Dios. Por ejemplo, Jacob y Moisés.

En el desierto Dios quiere humillarnos, pero no para degradarnos, sino hacernos humildes. Él era manso y humilde de corazón, y quiere enseñarnos a ser humildes de corazón y no entregarnos al orgullo y soberbia. El pueblo de Israel pasó por el desierto justamente para esto, para ver su carácter y que en 40 años cuando recibieran la tierra prometida no cometieran los mismos errores. Ninguno de los israelitas murió porque le faltara algo. Dios siempre proveyó lo que necesitaban cada día. Al dar el maná Dios quería que aprendieran a depender de Él diariamente, a relacionarse con un Dios que no conocían y que ya no serían esclavos. Dios se iba a encargar de ellos y serían hijos de la libertad.

Dios quiere que dependamos de Él absolutamente. Dios puede sanar, proveer y hacer lo que necesitamos si dependemos de él y buscamos su palabra cada día. Nosotros debemos tomar la decisión de buscarlo a Él nada más. Asimismo, Jesús es el pan en nuestro desierto, y cuando hablamos de pan es provisión. Debemos saber que Dios nunca nos faltará con nada.

En el desierto tendremos compañía. Las caminatas en el desierto son largas y duras pero él quiere acompañarnos casa paso y que veamos su Gloria. Es Él quien nos saca del desierto y quiere que podamos ver cómo su Gloria desciende en nuestra vida y reconozcamos que es Él y no los hombres. Dios quiere levantar hombres y mujeres que se dejen pulir y crear carácter para hacer cosas nuevas. Él quiere que sepamos que estará con nosotros de día y de noche.

Jesus nos dio el ejemplo de que se puede pasar el desierto y salir victorioso. Jesus sabe lo que sentimos cuando pasamos por ahí, porque Él pasó primero. Al desierto no vamos por ser malos o buenos, es porque quiere conocer nuestro corazón y revelarnos quién es Él, para que aprendamos a adorar y nos demos cuenta en quién confiamos en el desierto.

Reflexionemos

¿Qué crees que Dios puede enseñarte en tu desierto?

¿De quién dependés cuando estás en el desierto?

Versículos para reflexionar

Oseas 2:14-15 - Deuteronomio 8:2-3 - Éxodo 16:7 - Números 32:13 - Éxodo 13:21-22 - Marcos 1:35 - Hebreos 4:14

Oración

Señor, gracias por enseñarme que el desierto no es malo, sino que es ahí donde puedo encontrarte, escucharte y conocerte más. Es ahí donde puedes moldear mi corazón y revelar mi carácter. Sigue trabajando en mí para ser una persona que te conoce, te ama y te sigue, para ser cada vez más fuerte y conforme a tu agrado. Gracias porque sé que no camino solo si no que vas conmigo y por donde yo voy caminando, tú ya estuviste y estás conmigo. Amén.