El día malo

"Cuando el día malo ataque, debemos estar firmes en nuestra realidad espiritual."

- Pastor Alejandro Castro

Todos pasaremos por el día malo, sin excepción, por lo que debemos estar preparados para enfrentarlo de la manera correcta. A veces vivimos momentos de paz y otros de tormenta, enfermedad o salud, tiempos dulces o amargos y tiempos para reír o llorar. En la carta a los efesios, Pablo nos instruye, nos prepara y nos recuerda que con las herramientas correctas podemos enfrentar el día malo, resistir y completarlo con firmeza.

El día malo es cuando recibimos las noticias que nunca queríamos recibir, cuando enfrentamos las pruebas más difíciles y las situaciones en las que parece que todo viene en contra nuestra para destruirnos. Ese día necesitaremos todo para permanecer firmes. Eso sí, al día malo no debemos tenerle miedo, porque ese día veremos también la grandeza, el poder, la gloria y la manifestación de Dios en nuestras vidas y donde todo será para bien.

Cuando el Señor creó la Tierra, primero habló y fue creado. Lo que vemos vino de lo que no se veía. Todo es primero invisible y espiritual para ser visible y material. Si tratáramos de enfrentar lo natural sin lo espiritual sería absurdo porque nuestra batalla no es con lo que vemos sino lo espiritual. El día malo comienza en lo espiritual y lo vemos reflejado en lo natural. Si la bendición está en lugares espirituales, es ahí en lo espiritual donde comienza el día malo. Es por eso que con estrategia, recursos y pensamientos humanos, no podemos enfrentar lo que se desarrolló en lo espiritual. Tenemos que ubicarnos en el lugar correcto para pelear de la manera correcta. Ese día malo trata de destruir tu vida, tu familia, tu trabajo, tus sueños, tu ministerio y tu salud. Por eso, inmediatamente cuando el día malo comienza tenemos que tomar una posición donde recordemos dónde estamos para no equivocarnos. Cuando convertimos este proceso en algo natural, vamos a fracasar. Cuando el día malo ataque, debemos estar firmes en nuestra realidad espiritual.

Este día malo va llegando con cosas sutiles que parecen naturales: un problema económico, de salud, de familia o detalles que se manifiestan y excusamos como “así es la vida”, hasta que irrumpe el bombardeo final y nos damos cuenta que el ataque es grande. Tenemos que tener claro cuál es nuestra estrategia y cómo usar la armadura que Pablo nos habla en Efesios. Cuando el día malo llegue, tenemos que ir donde empezó, en el lado espiritual, para combatir y salir victoriosos porque si Dios viene con nosotros, continuamos hasta el final. En el día malo nos preparamos todos los días, lo enfrentamos con un estilo de vida de oración, servicio, adoración, permaneciendo firmes en la fe.

Reflexionemos

¿Cómo estás enfrentando el día malo?

Versículos para reflexionar

Eclesiastés 3:1-15 - Efesios 1:3 - Efesios 6:12-13 - 1 Corintios 2:9-10 - Efesios 6:8 - Eclesiastés 12:1 - Salmo 30:11-12

Oración

Señor, por mucho tiempo he tenido temor al día malo. Ahora entiendo que no puedo enfrentarlo con mis propias fuerzas sino con Tus recursos y herramientas, porque mis luchas son espirituales, no naturales. Te pido que me capacites y me prepares para enfrentar el día malo cuando ataque, sabiendo que permaneciendo firme en la fe y con Tu armadura, podré derrotarlo y salir victorioso. Amén.