Gratitud & Gozo
"Cuando Pablo menciona: “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos” es la mejor muestra de la confianza hacia Jesús."
-Marianela Ibarra
A veces es muy sencillo ver a nuestro alrededor y pensar que todo está mal, pero todos sabemos que hay muchísimas cosas más que podrían estar peor. La gratitud es un principio y un concepto que los hijos de Dios manejamos diferente al resto del mundo. Se sabe que cuando las personas son agradecidas, viven con salud mental y ven más las cosas que están bien que las que están mal. La gratitud por supuesto que cambia nuestra perspectiva cuando somos hijos de Dios, pero es un poco diferente, porque nos enseña a poner la mirada en lo eterno y lo alto, en lugar de las cosas terrenales y temporales. La gratitud no se trata de lo que tenemos o no tenemos.
Cuando estamos en Cristo, el Señor nos corona de favores y misericordias y todo lo recibimos por gracia. El Espíritu Santo nos enseña a ser agradecidos por las bendiciones y aún por los sufrimientos, porque nos recuerda que en la prueba nuestro corazón y carácter están siendo formados como el de Cristo. Además, somos agradecidos, no sólo por lo que tenemos y somos, sino por lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Nosotros reconocemos que todo lo bueno y perfecto que recibimos viene de Dios. Sabemos que en nuestra vida no hay coincidencias y que las puertas que se nos abren son por la gracia de Dios. Como dice en Romanos, todo es por Él y para Él. Todo lo que llega a nosotros es para que la gloria de Dios sea expandida.
¿Pero cuántas veces ha salido queja de nuestra boca cuando algo no sale como queríamos? ¿Qué sale de nuestro corazón cuando nos quejamos? A veces murmuramos y nos quejamos como si fuéramos merecedores de algo, o como si Dios tuviera que actuar como nosotros queremos. Debemos reconocer que todo es dado y quitado por Dios. Por esto último es que alabamos y agradecemos, por que es el Señor quien da y quita todo. Pablo, en el Nuevo Testamento, habla 14 veces del agradecimiento, a pesar de haber sido apedreado, perseguido, encarcelado y burlado. Pablo tenía un corazón que podía agradecer en medio de todo. Él entendía quién lo había comprado y para quién vivía. Él sabía que nuestros pecados habían sido pagados por el Único que podía salvarnos.
En este mundo es fácil olvidar que todo es dado y quitado por Dios, y que toda bendición la recibimos por gracia y no mérito, pero hoy podemos volver a quien nos hace merecedores porque fuimos comprados. Seamos agradecidos, pero vayamos más allá, sirvamos a otros y glorifiquemos a Cristo por todo lo que tenemos en Él.
Reflexionemos
¿Sos capaz de ver tu alrededor y agradecer por tus bendiciones a pesar de lo malo?
¿Estás viviendo para Dios, o para vos mismo?
¿A quién le das reconocimiento cuando tus oraciones son contestadas?
Versículos para reflexionar
Salmo 103:4 - Efesios 5:20 - Santiago 1:17 - Job 1:21 - 1 Tesalonicenses 5:18 - Lucas 17:11-19
Oración
Padre bueno, en el ir y venir de cada día, puede que muchas veces olvide que todo lo que tengo es por Ti y para Ti. Te pido perdón por todas las veces que me he gloriado de mí mismo y he olvidado que todas mis bendiciones vienen de Ti. Quiero estar siempre consciente que tu das y quitas, y que todo comienza y termina en Ti. Gracias por tu sacrificio perfecto que me da tu gracia aunque no soy merecedor. Te doy gloria solo a Ti. Amén.