Hay nueva tierra

"Todo desierto conduce a una tierra prometida."

- Pastor Andrés Castro

Es momento de decidir. El mejor momento para vivir es ahora. El Señor nos ha apartado para una misión especial y única que conoce desde antes de que naciéramos. El Señor tiene un propósito para nuestra vida y fuimos puestos en este lugar y este momento por una razón. Fuimos hechos para vivir este momento, para aprender algo de este momento y sacar provecho de esta crisis de la pandemia.

Nuestra vida es valiosa para Dios y tiene un propósito, y no para vivir una vida ordinaria. Fuimos hechos para tener una vida extraordinaria. Debemos reflejar amor, esperanza y paz aun en los momentos más difíciles. Debemos seguir adelante y creer que podemos hacer algo con propósito. Es muy fácil quejarse y desmotivarse por las circunstancias que vemos a nuestro alrededor, pero Dios conoce nuestra vida más que nosotros mismos y nos ha prometido darnos las herramientas para salir de nuestras pruebas.

En el Antiguo Testamento vemos cómo Israel pasó 40 años en el desierto por vivir en queja y no quisieron entrar a la tierra prometida. No fue Dios quien los detuvo en el desierto, sino su propia queja y terquedad. ¿Es posible que la tierra prometida esté en el desierto? ¿Es posible que la tierra prometida esté en la crisis? ¡Sí! Es momento de cambiar nuestra manera de pensar para cambiar nuestra manera de vivir, porque Dios puede usar un desierto para darte una nueva promesa. No volvamos a Egipto, sino que sigamos hacia adelante a lo que ha sido prometido. Tomá un paso hacia la nueva tierra, dejá tu queja y atrevete a creer que fuiste creado para este momento, porque Dios tiene algo nuevo para tu vida y tenés que conquistarlo.

Reflexionemos

¿Te has puesto a pensar en el propósito de tu vida?

¿Qué ha puesto Dios en tu vida para formarte en este tiempo?

Versículos para reflexionar

Jeremías 1:4-10 - Efesios 2:10 - Romanos 12:2 - Job 14:7-9

Oración

Señor, en este desierto, dame el discernimiento para saber por dónde caminar, para que mis pasos sean firmes y constantes hacia la tierra que has prometido para mi vida. Ayúdame a darme cuenta de mis momentos de queja, para cambiarlos por fe y esperanza, y poder creer que tienes algo nuevo y bueno para mí. Amén.