Haz tú lo mismo

"¿Qué estamos haciendo con todo lo que Dios ha hecho por nosotros?"

- Pastor Alejandro Castro

Hoy, recibí esta palabra que el Señor tiene para vos: Que Dios te responda cuando te encuentres angustiado; que el Dios de Israel te brinde su protección. Que Dios te envíe su ayuda desde su santuario; que Dios te dé su apoyo desde Jerusalén. Que Dios se acuerde siempre de todas tus ofrendas y reciba con gusto los holocaustos que presentas en su honor. Que te conceda lo que tu corazón desea; y que haga que se cumplan todos tus planes. - Salmo 20:1-4 (NTV)

Siempre que termina y empieza un año, solemos escuchar mensajes sobre la bendición de Dios, sobre la prosperidad y esperanza que podemos esperar este año. Y son ciertos, el Señor es bueno, pero también tenemos que escuchar otras cosas, que nos hagan crecer y ser retados también. No solo pensemos en nosotros mismos y las bendiciones que podemos recibir. Dios no solo nos consuela porque nos ama, sino que para consolar a otros cuando pasen dificultades que ya hemos pasado antes.

Muchos conocemos los mandamientos desde niños, pero en el diario vivir nos cuesta vivirlos. Sabemos que debemos amar a Dios sobre todas las cosas, con todas nuestras fuerzas, pero a veces amamos otras cosas más que a Dios. Muchos en la Palabra conocen la letra y la ley, pero Jesús nos enseña que él conocía el espíritu de la letra y nos quiere enseñar que conocer las escrituras no es suficiente sin la dirección del espíritu.

A veces la Palabra nos hace preguntas que podrían parecernos obvias, pero a veces nos sentimos aludidos, ¿cierto? Cuando nos preguntan sobre amar al prójimo, por ejemplo. Pero ¿cuántas veces amamos al prójimo como se nos pide? A veces modificamos o excusamos las cosas que se nos piden según lo que nos conviene, la responsabilidad que queramos o como queramos relacionarnos con los demás.

Jesús nos enseña que es inaceptable la religiosidad sin misericordia ni amor, o una devoción aparente que no está movida por la profunda manifestación del amor a los heridos, abandonados y necesitados. Somos llamados a ser luz y sanidad para las personas. Entonces nosotros como hijos de Dios, ¿cómo vamos a enseñar sobre el amor? ¿Cómo vamos a tener un comportamiento diferente? No se trata de lo que hacemos, sino de quiénes somos. Seamos movidos por misericordia con los demás para amarlos, consolarlos y mostrarles el Dios que tenemos.

Reflexionemos

¿Qué estructuras mentales debemos cambiar para vivir las escrituras?

¿Cómo le enseñas al mundo que sos hijo de Dios?

¿Cuándo fue la última vez que ayudaste a tu prójimo? ¿Y a un enemigo?

Versículos para reflexionar

2 Corintios 1:3-4 - Lucas 10:25-37 - Deuteronomio 6:4-5 - Levítico 19:18 - Mateo 5:43-48 - Éxodo 23:4-5

Oración

Señor, muchas veces en el quehacer y la estructura, dejo de lado la verdadera razón de tus enseñanzas. Enséñame a volver al amor y la misericordia, a ser sal y luz, para amar al prójimo como es de tu agrado, para darte a conocer. Mueve mi corazón a que sea más como el tuyo. Amén.