Instrucciones Finales
"Tu valor no está en lo que tenés, está en lo que sos."
-Pastora Flora Baeza
Antes de entrar a Semana Santa, debemos recordar algunas cosas que Jesús dijo antes de ser entregado y crucificado. El fin primordial de la venida de Cristo era nuestra salvación y perdonar nuestros pecados y librarnos para encontrarnos con Él cuando seamos llamados al Señor. El principio de nuestra vida cristiana es confesar que Jesús es nuestro salvador y que fue levantado de entre los muertos. Con eso tenemos vida eterna, pero esa misión primordial de Jesús de rescatarnos no lo podría hacer de ese día en adelante, porque no estaría en la Tierra, pero la obra debía continuar por los siglos de los siglos. Por eso capacitó a sus discípulos, quienes continuaron una obra que sigue vigente al día de hoy y sin la cual nosotros no estaríamos aquí. Jesús caminó con ellos durante 3 años, mostrándoles todo lo que Él quería que hicieran a partir de su muerte.
En Semana Santa nos enfocamos en la muerte y resurrección de Cristo, pero Jesús venía enseñándonos cosas desde antes. En Juan capítulos 13 al 17, vemos una cena que Jesús hizo para celebrar la Pascua porque ya no estaría con ellos y sería el cordero sacrificado una vez para siempre. En esa cena, Jesús dio consejos de vida para que el carácter y la forma de vivir de estos discípulos impactaran el mundo.
1- Sirvan y sean humildes. Esta fue la primera instrucción de Jesús, en el capítulo 13. Ahí mostró el lavamiento de pies, donde dio una enseñanza hermosa a sus amigos. El sirviente menos importante era quien hacía esta tarea, que era el trabajo menos importante en una casa. Jesús lavó los pies de sus discípulos y Pedro no quería permitirlo porque sería rebajar a Jesús a un sirviente sin valor. Pero aquí Jesús rompe un esquema y no solo lava los pies de sus discípulos fieles sino también de Judas, quien le sería infiel. Aún sabiendo que sería entregado por él, le lava los pies. Jesús pudo hacer esto con humildad porque Él sabía que su valor no estaba en lo que Él hacía, sino en quién era. La clave de la humildad es saber que no valemos por lo que tenemos o hacemos, sino por quiénes somos, porque Jesús habita en nosotros. Jesús, con su ejemplo, nos enseña a ser humildes y servir a otros, y nos llama dichosos a los que podamos poner esto en práctica.
2- Obedecer. Esta fue la segunda instrucción, que vemos en el capítulo 14. Jesús nos resume la obediencia en amor. Si nosotros decimos amar a Jesús, tenemos que obedecerle. Si no le obedecemos, no le amamos. En el Reino de los Cielos es blanco o negro, no hay grises. Si lo amamos debemos estar seguros que sus mandamientos y su palabra son nuestra ruta de vida. Debemos evaluar la manera en que estamos viviendo, porque tal vez no nos hemos dado cuenta que no le amamos. Desde Deuteronomio Dios nos dice que si le obedecemos recibiremos bendiciones. Hoy, nosotros somos los delegados para seguir la obra de Jesús y por eso debemos recordar estas instrucciones, porque son para nosotros.
3- Dependan de mí. Esta tercera instrucción nos dice algo que toda la Palabra nos dice, que debemos ser personas que demos fruto. Si no dependemos de Jesús, no podemos dar su fruto. Si decimos habernos arrepentido de nuestra antigua vida, deberíamos dar frutos dignos, de amor, respeto, empatía, de nuestra nueva vida unidos a Cristo. Somos incapaces de dar frutos por sí solos, solamente con Jesús, podemos dar el fruto que debemos dar. Este fruto lo damos a través del tiempo que le dedicamos, del estar cerca de Él, escuchar su Palabra, deleitarnos en Su presencia, conocer a nuestro Padre.
4-Estén unidos. Esta última instrucción, Jesús la dio con una oración que hizo por sí mismo, por sus discípulos y los que seguiríamos después de ellos. Jesús quería que todos fuéramos uno, así como Jesús estaba en el Padre, para que el mundo crea que Jesús fue enviado por Dios. A través de nuestra unidad Jesús quería que el mundo reconociera que somos amados como el Padre ama a Cristo mismo. La unidad como iglesia y cuerpo de Cristo es vital para que el mundo crea que Jesús murió y resucitó. En esto hemos fallado mucho como iglesia, vemos discordia, crítica y personas heridas en la iglesia. No es casualidad que Jesús haya orado por nosotros para que permanezcamos unidos.
Reflexionemos
¿Estás viviendo conforme a estas instrucciones que nos dejó Jesús?
¿Cuánto amamos a Jesús?
¿Qué fruto estamos dando?
Versículos para reflexionar
Juan 3:16 - Romanos 10:9 - Juan 13:3-4, 14-17 - Juan 14:15,21, 23-24 - Deuteronomio 28:2 - Josué 1:7-8 - Juan 15:1-5 - Juan 17:20-23
Oración
Señor Jesús, gracias por las enseñanzas que nos has dejado en tu Palabra. Gracias por el sacrificio que hiciste por mí y por cada persona que crea en Ti. Hoy quiero recordar tus instrucciones para comenzar de nuevo porque he fallado. Hoy quiero ser más humilde, servicial, obediente, dependiente de Ti y unido con Tu iglesia. Te pido que con tu Espíritu Santo me muestres el camino y me mantengas unido a Ti para llevar a cabo tu obra. Amén.