Las cartas de Jesús

"Nuestro espejo siempre es la Palabra de Dios."

- Pastor Andrés Castro

Jesús nos dio muchas enseñanzas a través de los evangelios. Una de sus enseñanzas más conocidas es la del Sermón del Monte, donde Jesús nos enseñó por medio de parábolas y comparaciones cómo funciona el Reino de los Cielos.

En Mateo 7 nos habla específicamente de no juzgar a los demás, porque así como juzgamos, seremos juzgados. En la vida hay una ley llamada la ley de la siembra y cosecha, que consiste en que lo que sembramos cosechamos. No podemos cosechar fresas donde sembramos sandías. Así, Jesús nos dice que si sembramos juicio, recogeremos juicio y así como medimos a otros, seremos medidos, pero si sembramos amor, recogeremos amor. Cuando hacemos observaciones a los demás, con el fin de edificar y ayudar a crecer, es diferente que reclamar y señalar errores, cuando nosotros mismos también tenemos áreas en las que podemos mejorar. Cuando sembramos misericordia y amor, puede que no recojamos inmediatamente de esa persona, pero eventualmente cosecharemos en otros.

Debemos dejar de ver la vida de los demás y referirnos a las faltas de los otros. Recordemos que nuestro espejo debe ser la Palabra de Dios. Podemos ser influenciados por personas cercanas, líderes u otras personas, pero siempre debemos compararnos con la Palabra de Dios, porque al final todos estamos rotos y necesitamos la Palabra para medirnos a nosotros mismos. Jesús nos dice que pensemos dos veces antes de hablar, no sea que lo que digamos sea pisoteado y no sirva de nada. Debemos elegir bien los momentos para decir las cosas y ver cuándo las personas están dispuestas a recibir.

Debemos escuchar a los demás antes de hablar y juzgar, porque podemos entender primeramente su corazón y así comprender por qué dice o hace lo que hace. Es muy fácil ver lo que está mal en los demás, pero cuando nos enfrentamos al espejo, podemos ver nuestros propios errores. Si amamos a las personas y las aceptamos por ser quienes son primero, luego tendremos una oportunidad para sembrar en ellos la verdad de Jesucristo.

Jesús nos pregunta: ¿Quién te juzga? ¿Quién te condena? Solo Él puede juzgarnos, y tampoco nos condena. Si Él siendo Dios, no nos juzga ni condena pudiendo hacerlo, ¿por qué lo hacemos nosotros con los demás? Jesús escribió en nuestros corazones y somos las cartas que serán leídas por los demás para conocer a Cristo.

Reflexionemos

¿Qué estás sembrando que pronto vas a cosechar?

¿Estás juzgando a otros sin mirarte primero al espejo?

Versículos para reflexionar

Mateo 7:1-6 - Juan 8:2-11 - 2 Corintios 3:2-3

Oración

Señor, me he dado cuenta de lo fácil que es señalar a los demás, pero es muy difícil verse al espejo. Dame un corazón misericordioso para poder corregir, edificar y amar a otros con sabiduría. También transfórmame para poder ser una mejor persona cada día, para poder ver a los demás a través de tus ojos y no juzgarlos, sino amarlos. Sé que todos estamos rotos, así que enséñame a dejar de ser duro con los demás. Así, cosecharé el amor que siembro y puedo reflejarte mejor hacia los demás. Amén.