Mejor con fe
"No todo lo que hagamos, aunque sea para Dios, tiene el sello de aprobación de Dios."
- Pastor Alejandro Castro
El libro de Hebreos nos motiva a vivir por fe y nos enseña cómo vivirla. Nos marca el camino de la fe como la única forma de acercarnos a Dios y agradarle. Este libro nos muestra testimonios de varios personajes de la Biblia que tuvieron fe y recibieron la aprobación de Dios.
Dios premia a los que lo buscamos con fe. Una de las maneras en que podemos agradar a alguien a quien no vemos, es viviendo como si lo hubiéramos visto. Así podemos honrar a Dios. Abel es una de las personas que vivió con agrado a Dios, no porque hiciera algo extraordinario, sino que se acercó a Dios correctamente a través de la fe. Caín y Abel fueron los primeros que tuvieron que vivir por fe. Sus padres, Adán y Eva, habían estado en la presencia del Señor, pero sus hijos tenían que vivir según lo que sus padres sabían de Dios. Adán y Eva habían pecado y sabían que tenían que cubrir su pecado con algo, Dios les llamó la atención y les dijo las consecuencias de su pecado, y luego los visitó. Cuando Dios les entrega las pieles para cubrirse, Dios ya les estaba diciendo que solo Él podía cubrir su pecado. Un animal había tenido que morir para cubrir a Adan y Eva, y fue así como ahora Caín y Abel hacían sacrificios para Dios.
Caín presentó a Dios una ofrenda del fruto de la tierra, mientras Abel presentó a Dios lo primero y mejor de lo que había cosechado. Ambos ofrecieron un sacrificio, ambos habían aprendido de sus padres, pero uno fue mejor que el otro. Así como Adán y Eva, aquellos que tenemos niños a cargo, tenemos que saber que ellos no aprenderán a acercarse a Dios si no les enseñamos. Caín y Abel aprendieron de Dios de sus papás, nosotros debemos enseñarles también quién es Dios. Ambos fueron enseñados igual, pero uno de ellos decidió hacerlo de manera diferente.
¿Por qué Dios no aceptó la ofrenda de Caín? Tal vez no era lo que Dios pidió, no fue en la calidad en que Dios pidió o el corazón de Caín no lo entregó por fe. Su error fue que hizo el sacrificio por sus propios medios y no como Dios lo pedía. Algunos, al igual que Caín, hemos decidido acercarnos a Dios a nuestra propia manera, pero el Pastor Alejandro nos recuerda en este mensaje que no hay más formas de agradar a Dios además de la que Dios dice. Más adelante, en su Palabra, Dios le dice al pueblo de Israel cómo adorarle y brindarle sus ofrendas. Tenían que ser las mejores ofrendas, porque Dios merece lo mejor. Caín ofreció parte de su cosecha, pero a Dios no le agradó. Es posible que llevemos mucho tiempo viniendo a la iglesia y no adorar de corazón, sin el sacrificio que Dios anhela de nosotros. Dios quiere que siempre le demos lo mejor y lo primero de nosotros, y eso tiene que ver con nuestra fe. La fe que tengamos marcará cómo caminemos, hablemos, adoremos, ofrendemos… La fe marca toda área de nuestra vida y debe ser muy claro que no hay forma de tener fe si no es por la Palabra de Dios. Si guardamos esto en nuestro corazón, nuestra adoración cambiará.
Si tratamos de acercarnos a Dios sin tratar nuestro pecado, vamos a fracasar, y este fue el problema de Caín. Dios (y Caín) sabía que estaba haciendo lo malo. Sus actos eran los de un incrédulo, y por eso trajo la ofrenda que él quiso. Si Caín hubiera traído lo mejor y lo primero, y que solo a través de ese sacrificio estaría bien con Dios, no habría sido rechazado. A Dios no le interesa cuánto hagamos, sino que nuestro corazón esté alineado al Suyo. Solo hay un camino, y ese camino es Jesús.
El corazón del ofrendante no se separa de la ofrenda. El sacrificio de Abel nos dice que amaba a Dios y creía en lo que sus padres le habían enseñado. Abel guardó su corazón para Dios y marcó la diferencia, porque hizo lo que a Dios le agradó, por fe.
Reflexionemos
¿Estás viviendo la fe por tus propias reglas?
¿Estás dándole a Dios tu mejor sacrificio?
Versículos para reflexionar
Hebreos 11:6 - Hebreos 11:4 - Génesis 3:7, 21 - Génesis 4:1-7 - Éxodo 23:19 - Proverbios 3:9-10 - Éxodo 13:2
Oración
Señor, hoy quiero pedirte perdón por tener una fe vaga que no te da la ofrenda que mereces. Hoy quiero que mi adoración sea genuina y quiero entregarte lo mejor y lo primero de lo que tengo. Sé que solo Tú puedes cubrir mi pecado y quiero darte mi vida y vivir mi fe como a Ti te agrada. Enséñame y examina mi corazón, para poder darte un corazón que te agrada. Amén.