Mi Corazón
"Debemos aprender a hacer lo correcto con un corazón correcto."
- Pastora Flora Baeza
Nuestra vida debería de ser como la luz de la aurora, que va en aumento, siendo mejores personas que ayer y así cada día. Debemos crecer en relación con Cristo, con nosotros mismos y las personas. En la Comu tenemos días de ayuno para provocar en las personas el deseo de acercarse a Dios. El ayuno es para establecer una relación más profunda con el Señor. Con el ayuno el propósito es ir hacia adelante y avanzar en nuestro propósito con el Señor.
La semana pasada veíamos como Caín hizo a Dios una ofrenda para cumplir con un requisito, y no con un corazón de fe ni como Dios lo pidió. Esa no es la actitud de corazón que Dios quiere que tengamos. Cuando la Biblia habla del corazón, se refiere a nuestra mente, emociones, voluntad, nuestra alma. Nuestro corazón es lo que realmente somos. Si este fuera sano, limpio y bueno, todo saldría bien, pero la Palabra dice que es engañoso, más que todas las cosas. Nuestro corazón constantemente nos engaña y nos dice cosas equivocadas. Lo mejor de todo esto es que cada uno de nosotros tiene la capacidad de cambiar nuestro corazón, la capacidad de elegir cambiar nuestros pensamientos y lo que sentimos. La Palabra dice que nuestro corazón de piedra se puede convertir en un corazón de carne, y debemos tomar decisiones valientes para enfrentarnos con nuestro corazón engañoso. Es triste pensar que muchas personas ya están llegando a los últimos años de sus vidas y su corazón sigue siendo el mismo, sin lograr cambiarlo y crecer, pero hoy podemos ser de los que cambiamos nuestro corazón para ser mejores.
Nuestro corazón es impresionado por lo externo, y es una de las razones por las cuales es engañoso, dejándose llevar por lo que nuestros ojos ven y juzgando las apariencias. Cuando Saúl era rey de Israel, fue desechado por Dios porque no tenía un buen corazón. Samuel debía ir donde Isaí, el padre de David a elegir un nuevo rey y cuando vio al primer hijo, que era grande y fuerte, pensó que ese sería el próximo rey. Sin embargo Dios le dijo que no se dejara engañar por las apariencias ni estatura, porque Él se fija en el corazón. El mismo Isaí no tomó en cuenta a David para ser el próximo rey y lo dejó cuidando a las ovejas. Aún el corazón de un padre puede ser engañado, pero no Dios. El Señor vio a David y dijo que tenía un corazón conforme al suyo, y debemos saber que David aún pecó y no fue perfecto, pero tenía un corazón humilde y decidido a seguir al Señor, y a pesar de sus errores tenía un corazón que reconocía su pecado y se arrepentía.
Debemos aprender a hacer lo correcto con un corazón correcto. Si adoramos a Dios o servimos pero no tenemos un corazón correcto, no estamos haciendo nada. Nos engañamos pensando que cumplimos, pero debemos de hacer lo correcto con una intención correcta. Nada hacemos con hacer teniendo intenciones incorrectas. Dios no se fija en lo que hacemos, sino en lo que somos. Si queremos establecer una relación más estrecha con Dios, pero no escuchamos a Dios hablarnos de lo que somos, no sucederá.
No recibimos porque pedimos mal. Muchas veces pedimos a Dios, pero no recibimos porque las intenciones de nuestros corazones son incorrectas. Cuando Dios responde a una petición que usted tiene, responde para su bien y el de todas las personas. Dios no oye las palabras de nuestra oración, sino el corazón con el que hacemos esta oración. Pero debemos saber una cosa y es que solamente Dios puede juzgar nuestro corazón. Nadie más puede juzgar nuestro corazón. Nadie tiene que decir lo que es bueno o malo, ya en la Palabra está. El Señor puede transformar cualquier corazón. Nadie tiene que juzgar a nadie más, pero sí somos capaces de enfrentarnos a nosotros mismos y desear ser como esa luz de la aurora hasta que el día sea perfecto. Sí tenemos esa responsabilidad de velar por nuestro corazón, porque los demás no nos juzgan, pero Dios sí nos ve. Debemos ser transparentes con Dios y pedirle que nos transforme.
Reflexionemos
¿Cuando pedimos a Dios, cuál es la intención de nuestro corazón?
Versículos para reflexionar
Proverbios 4:18 - Jeremías 17:9-10 - 1 Samuel 16:7 - Isaías 29:13 - Santiago 4:3 - Hebreos 4:12 - Salmo 51:17 - Salmo 51:10
Oración
Señor, hoy quiero abrir mi corazón a Ti. Dime qué hay en mi corazón, mis actitudes y pensamientos, que hace que no escuches mis oraciones o dañe a las demás personas, que no vaya en crecimiento contigo o no te conozca como eres. Muéstrame en qué áreas necesito ser transformado, porque mi estatura no es de acuerdo a la apariencia, sino conforme a tu corazón. Muéstrame, para arrepentirme y tener un corazón conforme al tuyo. Crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. Amén.