Pan de Vida

"Jesús no vino al mundo con la prioridad de dar añadiduras, sino de dar salvación."

- Marianela Ibarra

Cuando leemos Éxodo 16 podemos recordar que Dios hizo el milagro de provisión de maná para el pueblo de Israel mientras cruzaban el desierto para que vieran que Su Palabra era algo en lo que podían confiar diariamente y que tendrían su cuidado y provisión necesaria. En Deuteronomio el Señor les recuerda que no vivían de pan sino de todo lo que provenía de Él. Lo que ese pueblo no sabía era que un día vendría el verdadero pan de vida para dar vida eterna.

Es importante que cuando leamos la Palabra no nos perdamos de encontrar a Jesús en sus historias, desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Toda la Biblia se trata de Cristo y toda la Biblia señala a Cristo, y todo lo que ella contiene se trata de Él. Cuando Jesús se dedicó a su ministerio aquí en la tierra, muchas personas se preguntaban quién era este hombre que compartía tantas enseñanzas. En Juan 6 vuelve a ocurrir un milagro de provisión como aquel del maná, pero Jesús en este caso toma los panes y peces de un muchacho y lo multiplica para alimentar a muchísimas personas. Aquí Jesús muestra que aquellos que le siguen tienen un cuidado especial.

Jesús en ese evento nos recuerda que no busquemos los beneficios de seguirlo, sino que lo busquemos a Él. Él no solo vino a sustentar nuestras necesidades físicas sino que vino a darnos vida eterna, pero para recibirla debemos de comer el pan de vida, es decir, creer en Él. En Éxodo quien alimentó a Israel con el pan que bajó del cielo no fue Moisés, sino Dios, y a pesar de eso, ese pueblo murió, pero Jesús ahora descendió para que quien creyera en Él realmente tuviera vida eterna. Aquel que cree en Cristo y lo busca a Él primero, recibirá añadidura por consecuencia, pero si buscamos añadidura primero, seremos como el pueblo de Israel que realmente no confió en el Señor.

Cuando buscamos a Jesús, está bien presentarle nuestras peticiones y anhelos, pero nuestro enfoque y nuestra oración debería de ser “que se haga Tu voluntad” y pedirle que se glorifique siempre en todo lo que suceda en nuestras vidas. Es en nuestra relación con Jesús que podremos ver si nuestro tesoro es la petición o si es Jesús. Él se glorifica en nosotros cuando realmente estamos satisfechos en Él y al mismo tiempo cuando vemos que Él es glorificado nos saciamos más. Que sea siempre lo que sale de la boca de Dios lo que nos satisfaga.

Reflexionemos

¿Quién es Jesús para vos y qué tipo de seguidor estás siendo?

¿Qué partes de tu vida reflejan a Jesús? ¿Qué sacia tu alma?

Versículos para reflexionar

Éxodo 16 - Deuteronomio 8:3 - Juan 6:1-15, 26-35, 47-51 -Salmo 63:5 - Salmo 107:9 - Isaías 58:11

Oración

Señor, muchas veces busco la aprobación y seguridad en muchas cosas y olvido ir a Ti primero, el único que realmente me puede saciar. ¿A quién iré si solo Tu tienes palabras de vida eterna? No permitas que olvide todo lo que has hecho por mí, y más aún, que siempre recuerde que Tu eres mi prioridad, mi tesoro y el pan que me sacia y me da vida eterna. Amén.