Por más que corrás

"Dios puede enviar tormentas para que nosotros levantemos nuestros ojos y volvamos a la asignación que nos dio."

- Pastor Alejandro Castro

Muchos conocemos la historia de Jonás, un hombre que conocía la voz de Dios y era profeta. Dios le pidió que siguiera una instrucción. Jonás no quería, pero Dios sabía que podía hacerlo. Cuando Dios nos pide que hagamos algo es porque podemos, aunque no queramos. Jonás hizo todo lo contrario que un profeta o creyente de Dios debía hacer. Aún lo que Dios quería hacer (perdonar a un pueblo malvado) podía parecerle injusto a Jonás, porque cuesta alegrarse cuando al enemigo le va bien, pero el Señor solamente quería su obediencia. De todas maneras, Jonás tenía tan hermosa relación con el Señor que sabía que era bondadoso, compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambia de parecer y no destruye.

Algo que debemos tener claro es que Dios nunca nos va a detener cuando queramos huir. El promete estar con nosotros en lo que ha dispuesto para nosotros, y si no queremos ir, nos va a perseguir pero no nos va a detener. A veces oramos cosas extrañas para que Dios impida que cometamos un error, pero Él nunca nos va a quitar la responsabilidad de lo que Dios quiere que nosotros elijamos. Las consecuencias de lo que decidamos es responsabilidad nuestra. Su presencia siempre nos sigue, no para juzgarnos sino para ayudarnos.

Todos tenemos un propósito en nuestra vida, una asignación en esta Tierra. Dios permitió nuestro nacimiento con un propósito celestial y Él nos sigue para que lo cumplamos. Génesis 28:15 nos dice que Dios está con nosotros, nos protege dondequiera que vayamos y no nos abandona hasta cumplir todo lo que nos ha prometido. ¡Creamos esta promesa!

Cuando el Señor habla, todo le obedece, pero parece que nosotros no siempre. Si es necesario, Dios enviará tormentas para que nosotros levantemos nuestros ojos y volvamos a la asignación que nos dio. Necesitamos aprender en medio de la tormenta. Cuando pasemos por ellas y pensamos que no hay salida y todo funciona mal, preguntémosle a Dios de dónde viene esa tormenta, porque el propósito es diferente según ello. La tormenta de Jonás vino con propósito y en esa tormenta Jonás clamó al Señor porque lo conocía y sabía que lo escucharía. Entonces, el pez expulsó a Jonás en tierra seca. Ahí Dios le pidió que fuera e hiciera lo que le había pedido. Cuando huimos, decidimos nuestro propio camino, pero cuando estamos en la voluntad de Dios, Él nos lleva al lugar indicado donde cumpliremos nuestro propósito.

Reflexionemos

¿Estás deseando que Dios haga para tus enemigos lo mismo que deseas para vos mismo?

¿Estás obedeciendo a Dios para cumplir tu propósito?

¿De dónde viene la tormenta que estás viviendo? ¿Qué podés aprender de ella?

Versículos para reflexionar

Jonás 1:1-3 - Jonás 4:1-12 - Salmo 139:7-10 - Génesis 28:15 - Jonás 2:1-9 - 1 Corintios 9:7

Oración

Señor, muchas veces huyo de tu voluntad por temor o porque siento que no lograré lo que me estás pidiendo, pero quiero serte fiel y obediente. Gracias porque aún cuando desobedezco me alcanzas donde sea que esté y tu amor es incondicional. Sé que así seguirá siendo. Amén.