Promesa y Esfuerzo

"Aún en medio de las circunstancias, Josué salió a pelear cada batalla, pero debemos ser esforzados y valientes."

- Pastor Alejandro Castro

Normalmente, cuando nos ponemos metas, tomamos el año anterior como parámetro e intentamos mejorar y alcanzar nuevas cosas. Nosotros los creyentes, debemos tomar la experiencia para aprender, pero no puede marcar el resto de nuestra vida. Nos fundamentamos en la esperanza de Cristo y no en el pasado, y escuchamos la voz de Dios antes que los pensamientos de temor. La Palabra de Dios nunca deja de ser y siempre nos habla.

Algo así le sucedió a Josué cuando Moisés murió, y ahora sería él quien lideraría a Israel a la tierra prometida. Ya había recibido promesas a través de Moisés, pero ahora el Señor mismo le estaba dando instrucciones y promesas directamente a Josué. Lo primero que tenía que saber era que no estaba ahí por casualidad, sino que era un hombre con propósito y había sido escogido para esa misión. Lo segundo que Josué debía saber, era que tenía una promesa con la cual mantener su fe, y activarla. Nuestra fe se fundamenta en los dichos de Dios y vemos el cumplimiento de lo que Dios ha dicho que se va a cumplir en nosotros. Las promesas de Dios no cambian, no fluctúan y están ahí para siempre y cuando ejercemos nuestra fe con las promesas, nuestra vida se va alineando hacia ese destino que el Señor quiere que cumplamos. Lo tercero que Josué debía saber, era que Dios iba a estar con él siempre. Eso es suficiente para seguir adelante. Si no sentimos al Señor con nosotros durante el año pasado o durante las pruebas, debemos saber que Él desde principio a fin está con nosotros y nunca nos va a dejar ni abandonar.

Lo que Josué debía hacer solamente, era cambiar su actitud. El Señor le prometió la tierra que sus pies pisaran. Tenía que actuar y llegar a esa tierra para poner sus pies sobre ella. El problema de Israel en el pasado había sido la cobardía, que los hizo desmayar y no llegaron a la promesa. Por eso Dios le decía a Josué que se esforzara, fuera fuerte y valiente. Nosotros debemos hacer lo mismo, dejar el miedo, vivir en confianza, fe y esperanza, con la actitud correcta para perseguir las promesas. El Señor quiere que sigamos adelante y cumplamos nuestras metas. Él cumplirá su parte y nosotros debemos cumplir la nuestra.

Reflexionemos

¿Cuáles promesas has recibido de parte del Señor para tu vida? ¿Cuál es tu actitud para perseguir esas promesas? ¿Temor o valentía?

Versículos para reflexionar

Josué 1:5-9 - Romanos 10:17 - Deuteronomio 31:8 - Josué 7:7-10 - Josué 8:1 - Apocalipsis 21:7-9

Oración

Señor, Padre bueno, sé que nunca me has abandonado, ni por un momento. Tu Palabra está llena de promesas y verdades. Enséñame a tomarlas y hacerlas verdad en mi vida a través de la fe. Te pido que saques de mí todo temor, que me recuerdes mi propósito y me des fuerza para perseguirlo, sabiendo que vienes a mi lado y me das el valor y firmeza para caminar. Amén.