Reviviendo la esperanza

"Nunca llegarás más lejos ni más alto que donde llegue tu fe y tu esperanza."

- Pastor Alejandro Castro

En Ezequiel vemos un pasaje donde Dios da una visión a este hombre. Israel en ese momento era un pueblo que Dios veía como un valle de huesos secos, pero realmente hablaba de su estado interno, y Dios quería sanarlos. Los huesos tienen vida en su interior, en la médula, y para que los huesos realmente se sequen, tiene que pasar mucho tiempo para que ya no haya células vivas en ellos. Israel estaba realmente seco, o sea que había pasado mucho tiempo desde que habían perdido la esperanza, estaban separados y desordenados, como si hubiera pasado por ellos una gran pandemia.

De todos los pueblos, Israel era el único que tenía todas las promesas y Dios había sido fiel con todas sus promesas pero les había advertido que si seguían como estaban se secarían y así fue. La enfermedad de este pueblo fue que perdió la esperanza, y cuando esta se pierde, se pierde la ilusión de vivir la alegría. Israel había quitado su vista del Señor y se enfocaron en las cosas de la Tierra, entonces comenzaron a ver las cosas como en la Tierra. Pero si volvían su vista a Dios, verían las cosas como Dios.

Nosotros podemos cometer el mismo error de dejar que lo que nos produce vida salga de nuestra vida, pero lo que produce muerte comienza a tomar ese lugar. Cuando hemos pasado por aflicciones por mucho tiempo las esperanzas pueden comenzar a marchitarse y debemos mantener nuestra esperanza viva. Cuando tenemos esperanza tenemos ganas de vivir, vemos el futuro con más ánimo y disfrutamos más las cosas.

Nuestros huesos no se secan de un día para otro, sino que poco a poco y no podemos dejarnos secar ni vencer. Debemos cuidar que no nos estemos secando sin darnos cuenta y seguir reviviendo la esperanza en nuestra vida. Lo que nosotros creamos nos produce esperanza o desesperanza, así que debemos cuidar los pensamientos y nuestra relación con Dios.

Si tenemos claro esto, podemos comprender Jeremías 29:11, donde Dios nos dice que sabe los planes que tiene para nosotros, planes de bien y no de mal, para darnos un futuro y una esperanza. Dios sabía que necesitábamos esperanza en el futuro y tendríamos que estar seguros en la verdad de que mañana será mejor, que su misericordia es nueva cada mañana, que Él es fiel y tenemos nuestros ojos en Jesús y Él estaría con nosotros.

El mismo Dios que habló a Ezequiel para que profetizara sobre los huesos secos, está con cada uno de nosotros y quiere sembrar para cosechar esperanza en tu vida.

Reflexionemos

¿De qué te estás alimentando? ¿Adónde está puesta tu mirada?

Versículos para reflexionar

Ezequiel 37:1-13 - Jeremías 29:11 - Job 7:6 - Oseas 11:4 - Romanos 15:13 - Salmo 27:13-14

Oración

Señor, quiero que tu verdad inunde mi ser, para poder vivir según lo que Tu prometes para mi vida y no las circunstancias que me rodean. Que tu Palabra me transforme y me llene de esperanza y vida, sabiendo que tus planes para mí son buenos y llenos de esperanza. Quiero ver tu bondad en mi vida, como siembras en mí y cosechas esperanza para ver tu poder en mi vida. Amén.