¿Si o no?

"Una vida espiritual se refleja dándole a Dios lo que es suyo."

- Pastor Alejandro Castro

El diezmo es un tema importante que debemos aprender. Existen muchas posiciones en cuanto a este tema pero es importante conocer de dónde viene porque una vez que lo comprendemos, podemos reconocerlo en la escritura. El diezmo no nace de la ley, sino desde Abraham. Él le dio a Dios el diezmo de lo que tenía en agradecimiento por su provisión. Generaciones después, se hacía lo mismo para que la iglesia tuviera lo que necesitaba y pudiera seguir operando, y al ser Israel ya un pueblo tan grande, debían regular el pueblo para mantener el orden, por lo que fue redactado para que todos supieran. Levítico nos enseña que el diezmo pertenece al Señor y está consagrado, es decir, apartado para Él y nada más.

Jesús, en uno de sus encuentros con los fariseos, enseña que lo del César es del César y lo de Dios es de Dios. Desde el antiguo testamento, el diezmo era del Señor, entonces en el nuevo testamento no debería de ser diferente. El diezmo debía entrar íntegro a la iglesia para tener fondos en el templo y que hubiera alimento en la casa de Dios. Dios decía también que quien guardara ese mandato, sería bendecido, Dios abriría las puertas de los cielos y habría bendición que sobreabunde. En la actualidad, si diezmamos, recibimos esa bendición. Si no, podríamos decir que no estaremos en maldición pero no recibiremos esa bendición. Además, aún siendo ley, en la obediencia Dios daba un beneficio. Entonces, Dios nos dice dónde nace y cuál es el propósito del diezmo.

En los tiempos antiguos, Dios decidió repartir ciertas cosas a las tribus de Israel, pero a los Levitas no les dejó nada, les dijo que Él era su herencia. Los demás iban a trabajar, y el diezmo de todos, iría a los Levitas, para que pudieran subsistir. Los Levitas eran los encargados del templo, que era prioridad. Esto Dios lo estaba regulando porque antes del tabernáculo no existía.

Algunos tienen posiciones distintas en cuanto al diezmo. Unos dicen que es un tema de antiguo testamento pero no de la actualidad. Jesús no enseñó sobre todos los temas del antiguo testamento porque Israel ya lo sabía. Él habló de ciertos temas importantes que debía rescatar solamente. Entonces en un encuentro en Mateo 23, enseña a los fariseos lo hipócritas que eran porque diezmaban de las especias pero habían descuidado temas importantes como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Habían estado diezmando por rutina pero no era un tema solo de dar dinero, sino que tenían que tener una vida íntegra delante de Dios.

Podemos ver luego, una posición que dice que el diezmo ya no es el 10% sino lo que esté en su corazón, lo cual puede ser el 15%, 20%, etc. Lo vemos cuando la viuda en Marcos 12, da dos monedas, que eran todo lo que tenía. Jesús no detuvo a esta señora, porque sabía que el Señor es un buen cuidador y lo haría con ella. En el libro de Hechos vemos a la iglesia compartiendo todo también. Nadie tomaba lo suyo como propio sino que lo compartían.

La Biblia da dignidad al siervo de Dios porque trabaja para Él. Algunos creen que los discípulos andaban sin dinero con Jesús, pero no es cierto. Siempre tenían suficiente para el ministerio, compraban comida para ellos y aún para más personas y vivían bien. Aún tiempo después Pablo enseña que los que trabajan en la iglesia también son dignos de recibir dinero y alimento para vivir.

Somos motivados a que demos a la iglesia lo que corresponda, porque cada quién merece que se le dé el sustento que merecen. Creemos en el diezmo que se da con amor, que agradece la provisión, que adora a Cristo y permite que la iglesia haga su obra.

Reflexionemos

¿Con qué corazón estás dando a la iglesia lo que corresponde al Señor?

¿Estás dando a Dios para bendecir a su iglesia?

Versículos para reflexionar

Génesis 14:19 - Génesis 28:20-22 - Malaquías 3:8-10 - Números 18:20, 28 - Mateo 23:23 - Marcos 12:41-43 - Hechos 2:44-46 - Hechos 4:32-35 - Juan 12:5-6 - Juan 4:7-8 - Marcos 6:37 - 1 Corintios 9:3-13 - Mateo 10:9-10

Oración

Señor, perdóname si algún día he tomado lo que es Tuyo. Gracias porque prometes que siempre tendrás cuidado de mis necesidades. Hoy te pido por cada persona que necesita llevar a su mesa comida, porque sé que cuidarás de ellos. Gracias por lo que estás haciendo en mi corazón. Amén.

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