Siempre humildes

"Somos muy importantes para Dios, pero debemos entender que Él es lo más importante."

- Pastor Andrés Castro

Muchas veces se nos olvida el impacto positivo que puede tener la humildad en nuestra vida, y se nos olvida el peligro del orgullo y la soberbia también. Probablemente, por mucho tiempo, hemos tenido un concepto erróneo de la humildad, llamando a personas de escasos recursos “humildes”. Sin embargo, la humildad no tiene nada que ver con nuestros recursos o nuestra apariencia, sino que se trata de la actitud de nuestro corazón. Debemos entender qué es la humildad realmente para que opere correctamente en nuestra vida.

El orgullo viene de nuestro enemigo, quien siempre ha buscado ser Dios y tener todo para sí mismo. Lucifer quería cosas que no le correspondían, y Dios le había dado un gran puesto por su hermosura, pero comenzó a creer que merecía más de lo que él era. El primer pecado que entró al universo, fue el orgullo y soberbia de Lucifer, todo por egocentrismo. En el momento que imitamos su actitud, estamos imitando a nuestro enemigo. Esto nos puede pasar cuando comenzamos a pensar que somos más importantes, cuando somos autosuficientes y creemos que nuestras virtudes son nuestras y no dadas por Dios, cuando queremos ser vistos y reconocidos…

Jesús, por lo contrario, cuando caminó sobre la Tierra, desviaba toda la atención al Padre, y aún cuando iba a partir, hablaba de cómo el Espíritu Santo estaría después de Él, y cómo nosotros haríamos cosas más grandes que Él. De igual manera, el Padre daba Gloria a Jesús y lo llamaba el Cordero Perfecto. ¿Para qué exaltarnos a nosotros mismos si eso alimenta el orgullo? Humillémonos delante del Señor y Él nos exaltará.

Cuando Dios vio que Lucifer quería la atención, lo expulsó, porque no se trataba del puesto que tenía sino Quién se lo dio. No podemos caer en el mismo error. La humildad es la virtud atribuida a quien ha desarrollado consciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. Se trata de entender que no somos suficientes por nosotros mismos, y que necesitamos a los demás, y principalmente, a Dios. La humildad nos hace mejores porque podemos escuchar a los demás y crecer. Si conocemos a Dios, reconocemos que sin Él no podemos, pero debemos arrepentirnos todos los día y recordar la cruz. Siendo hijos de Dios, seamos siempre humildes, imitando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Reflexionemos

¿Estás tratando de recibir atención constantemente?

¿Cómo podés vivir en humildad, imitando la actitud de Cristo?

Versículos para reflexionar

Mateo 11:29 - Ezequiel 28:12-17 - Isaías 14:13-14 - Santiago 4:10 - Filipenses 2:3-4 - Salmo 138:6 - Mateo 5:3

Oración

Señor, perdóname por todas las veces que he pensado que puedo vivir por mí mismo. Hoy reconozco que solo por Ti tengo virtudes y habilidades. Me arrepiento por el orgullo que he traido y te pido que me transformes para poder ser humilde y vivir reconociendo quién soy y quién eres Tú. Amén.