Torre de Control
"A Dios no le interesa controlar nuestra vida, nos corresponde a nosotros decidir."
- Pastor Andrés Castro
El control se define como comprobar, inspeccionar, intervenir, mando, dominio y autoridad. Por ejemplo, cuando una persona controla a otra, tiene dominio, mando y autoridad sobre el otro. Este control muchas veces puede darse en contra de la voluntad del otro. Por ejemplo, cuando un jefe pide algo que el colaborador no quiere realizar pero tiene que hacerlo porque es su responsabilidad. Pues controlar tiene que ver con el dominio. Muchas veces, erróneamente, le pedimos a Dios que tome control de nuestra vida pero Él no lo hace y debemos saber que Dios no controla nuestra vida ni quiere controlarla. Decirle a Dios que tome control es contradecir su Palabra y pedirle a Dios que controle nuestra vida es pedirle que nos quite el libre albedrío. De hecho, si buscamos la palabra control en la Biblia no la encontraremos. El Espíritu Santo es consolador y ayudador para recordarnos todas las cosas que Jesús ha enseñado, pero tampoco nos controla. Debemos preguntarnos entonces quién controla nuestra vida.
Nada en el Reino de los Cielos es obligatorio. Nosotros hacemos las cosas porque nos nace del corazón. Si Dios nos controlara todo lo que hacemos sería una obligación. El Señor nos da sabiduría y nos guía en nuestras decisiones, pero no controla. Él tampoco es responsable de quiénes somos o qué nos sucede. Todo esto es responsabilidad nuestra y nuestra torre de control es nuestra mente. Dios nos dio nuestra mente para actuar según lo que pensamos y decidimos.
Entonces hablemos de la voluntad de Dios. La voluntad incondicional de Dios es cuando Dios hace algo sin importar nada más, como la creación. También la muerte de Jesús es incondicional porque Dios envió a su Hijo y listo. Nadie influyó ni intervino sino que fue Dios solo. La voluntad condicional es cuando está condicionada a que el ser humano colabore con Su voluntad. Por ejemplo, la salvación está condicionada a que el humano se arrepienta y crea en Él. Nosotros debemos hacer nuestra parte para traer la voluntad de Dios en nuestra vida. Si no cooperamos con Dios y su plan para nuestra vida no puede suceder porque Él no nos obliga a nada.
Veamos el ejemplo de los pasajes de este mensaje. Tenemos dos hombres con mucho en común, comenzando con el sueño de construir una casa (que significa una vida de valor e impacto), escucharon el mismo mensaje y enfrentaron la misma tormenta. Lo que decidieron diferente fue el fundamento de su casa y además Jesús llama a uno sabio y al otro tonto. La diferencia fue que ambos aplicaron lo que su torre de control decidió. El que tiene la habilidad de aplicar lo que Jesús habló para su vida fue el sabio. Eso no lo define su entorno ni nada más que su voluntad. Nosotros decidimos si queremos adoptar la libertad y la victoria de Cristo. Si no lo tomamos y lo aplicamos no lo veremos. Depende de nosotros. Ya la obra de Jesús está hecha y Sus palabras están dichas. Depende de nosotros traer esa voluntad perfecta a nuestra vida y hacerla realidad.
Reflexionemos
¿Dónde estás construyendo tu casa?
¿Qué cosas le estás pidiendo a Dios que controle, por las cuales deberías de tomar responsabilidad?
Versículos para reflexionar
Mateo 7:24-27 - Lucas 6:46-49 - 1 Corintios 10:23
Oración
Señor, hoy mis ojos son abiertos y puedo darme cuenta que no todo te corresponde. Ayúdame a ver qué debo decidir yo y en qué cosas debo adquirir sabiduría, porque realmente anhelo tu voluntad sobre mi vida y quiero hacer mi parte. Perdóname por todas las veces en las que he sido insensato, y enséñame a ser diligente y conocer tu Palabra para vivir conforme a ella.. Amén.