Un Espíritu Diferente

"Dios nunca nos ha mandado a analizar las cosas desde el punto de vista humano. Siempre ha sido a través de los ojos de la fe y confianza en su Palabra."

- Pastor Alejandro Castro

La tierra prometida es algo que Dios decidió darle a Israel y nació en su corazón. Él quería gobernar al pueblo para que las demás naciones vieran cómo Israel era prosperado y así quisieran tener a ese Dios. El pueblo de Israel fue algo que Dios construyó a través de un hombre que por fe creyó, y sus generaciones nacieron también por fe. Entonces, la tierra fue una promesa que el pueblo nunca pidió porque no sabían lo que Dios tendría para ellos en el futuro.

Un poco después de salir de Egipto, Israel está pronto a tomar la tierra prometida pero decidieron explorar para comprobar lo que Dios les había prometido. Dios ya sabía que la tierra prometida era buena, pero la insistencia del pueblo presionan a Moisés y hace que vayan a comprobar. Debemos comprender que Dios nunca opera a través de la duda, sino de la fe. Nosotros debemos tener cuidado cuando somos presionados por las circunstancias que quieren modificar lo que Dios ha dicho, transformando la fe en duda. Debemos estar dispuestos a permanecer a pesar de la presión de las circunstancias para no cambiar.

Cuando Israel envió representantes de las tribus para explorar, cometieron varios errores. Comenzaron a medir el éxito por sus propias fuerzas y desplazaron la fe con el temor. Vieron murallas y gigantes, y decidieron que era imposible conquistar la tierra. Pero Dios nunca nos ha mandado a analizar las cosas desde el punto de vista humano. Siempre ha sido a través de los ojos de la fe y confianza en su Palabra. Es por eso que no debemos ver las cosas desde nuestra perspectiva humana sino desde la plataforma de la fe porque ahí somos más fuertes. En el momento que nos bajamos de esta plataforma, nos veremos derrotados.

Veamos las cosas desde las promesas de Dios porque si Él dice que conquistaremos, así será. ¡Debemos creer en la promesa de que el Señor va abriendo camino y está con nosotros! No importa si nuestros enemigos son opresores, sabemos que cuando clamemos al Señor, Él responderá. Creer o no creer es un asunto de decisión. Todos los días tomamos la decisión de creerle a Dios o lo que ve nuestra humanidad. Todos los días tomamos la decisión de a quién nos queremos someter. Que no nos pase lo mismo que Israel, que comenzó a hablar mal de la tierra que Dios les había prometido. Caleb, dice la Palabra, que tenía un espíritu diferente. Decidió avanzar porque creía en las promesas de Dios. Necesitamos decidir si creemos o no creemos lo que Dios dice cada día. Dejemos que Dios sea el líder de nuestra vida. Y recordemos, nuestra fe no niega nuestra realidad, sino que tiene la capacidad de transformarla.

Reflexionemos

¿Estás viendo lo que está por delante con ojos de fe o duda?

¿A cuáles promesas que Dios te ha dado tenés que aferrarte?

Versículos para reflexionar

Números 13:1 - Números 13:18-20 - Deuteronomio 1:22 - Deuteronomio 20:1- Números 10:9 - Proverbios 8:36 - Números 13:4 - Números 14:1-4 - Números 13:30 - Números 14:21-25

Oración

Señor, por mucho tiempo he sido el propio líder de mi vida o he permitido que otros dicten lo que debo hacer con mi vida. Hoy quiero entregarte a ti el Señorío que mereces sobre mi vida, porque sé que solo Tú puedes prometer lo mejor para mi vida. Fortalece mi fe para desplazar la duda y poder vivir conforme a tus promesas y así, otros vean el gran Dios que tengo yo. Amén.