Una amargura pasajera

“En el camino a la tierra prometida van a haber pruebas y desiertos, pero Jesús nos dice: No teman, los voy a acompañar hasta que lleguen a donde les prometí llevarlos.”

- Pastor Alejandro Castro

Sabemos que en la vida enfrentaremos pruebas, aun cuando hacemos las cosas bien. El problema no es la prueba, sino cómo la enfrentamos. No podemos ser los mismos cuando salgamos de ellas. Génesis nos cuenta que Noé, al terminar el diluvio, salió de la barca e hizo un sacrificio al Señor con lo mejor que había en la barca y Dios percibió un olor grato y agradable. De la misma manera, cuando salgamos de este diluvio, debemos salir con un olor diferente en nuestra vida, conducta, servicio y entrega.

El pueblo de Israel había visto el poder del Señor una y otra vez, pero aún así, se quejaron en el desierto. El Señor les dijo que llegarían a la tierra prometida, pero no les dijo que no habría pruebas. La promesa de Dios para nosotros es que llegaremos victoriosos, aunque habrá pruebas, pero de ellas creceremos y encontraremos algo nuevo. Podemos pasar por necesidad, pero para no podemos violar los principios de la Palabra para satisfacerla. Por eso, murmurar y quejarse no sirve de nada. Muchas veces, la respuesta está cerca. Solamente debemos buscar al Señor profundamente. Moisés sabía que lo único que Israel debía hacer era pedir dirección y Él daría la instrucción.

En nuestro caminar, nos suceden cosas que nos traen amargura, pero es tiempo de salir de esa amargura y buscar a Dios. La amargura no es un lugar para quedarnos, solamente es un lugar pasajero que debemos enfrentar. Es tiempo de salir de toda opresión, falta de perdón y falta de fe, que te impiden salir adelante. Dios le hizo saber a Israel que Él era su Señor, quien los había liberado del Faraón, pero ahora debían caminar bajo su instrucción y protección y así, tendrían una vida de gracia, santidad y bienestar.

El Señor tiene un manantial de abundancia para todas nuestras necesidades y este sí es un lugar donde podemos quedarnos y no es pasajero. El Señor es nuestra provisión, abundancia, descanso y bendición. En esta vida sabemos que pasaremos pruebas, pero El Señor nos promete que estará instruyéndonos y dirigiéndonos. Él es el mismo, no ha cambiado y no cambiará.

Reflexionemos

¿Cómo estás enfrentando tu prueba?

¿Qué estás haciendo para salir diferente de este diluvio?

¿Qué va a salir de tu vida después de esta prueba?

Versículos para reflexionar

Génesis 8:20-21 - Éxodo 15:22-27 - Mateo 6:33 - Hebreos 13:8

Oración

Señor, sé que eres el mismo ayer hoy y siempre, que eres mi provisión. Te doy gracias porque sé que has prometido victoria en esta situación y de toda prueba aprenderé algo que me hará crecer. Ayúdame, como Moisés, a tener una relación contigo y buscar tu dirección e instrucción primero, para vivir así una vida de bendición. Te alabo por quien eres y confío que la amargura pasará y llegaré al manantial de abundancia.

Valores PAS

#adoradores

Esta semana, te invitamos a tomar un momento para orar a solas y adorar al Señor, agradeciéndole por quién es en medio de esta situación. Dale gracias porque es bueno y es el mismo ayer, hoy y siempre.