Yo no sembré eso

"Satanás no tiene la potestad para echar a perder una buena semilla. La buena semilla siempre dará buen fruto."

- Pastor Alejandro Castro

La ley de la siembra y cosecha no es solamente una ley del Reino de los Cielos, sino que también es una ley universal. Esto se cumple en todas las áreas de nuestra vida. Si queremos ver resultados en algo, tenemos que sembrar y trabajar en ello. Entonces, no podemos esperar recoger el fruto de algo que no hemos sembrado, y es posible que estemos cosechando de algo malo que hemos sembrado. Podemos sembrar muchas buenas semillas, que una sola mala puede echar a perder lo demás. Sin embargo, es posible cambiar ese fruto si comenzamos a sembrar algo diferente, al meditar y pensar en lo que hemos sembrado y qué deseamos cambiar.

Siempre estamos sembrando, y siempre nos encontraremos con situaciones que no se parecen a lo que hemos sembrado. Cuando esto sucede podemos preguntarnos por qué lo estamos viendo, si hemos sembrado las semillas correctas. Siempre buscamos razones o responsables de las cizañas que vemos, pero ¿cuántas veces somos honestos y aceptamos que estamos viendo el fruto de lo que sembramos? Debemos asumir nuestra responsabilidad y aprender a diferenciar entre lo que sembramos y sus consecuencias, la intervención del enemigo, y las cosas que no esperábamos. A veces pedimos cosas pero Dios nos da los medios para sembrarlo y cultivarlo, en lugar de darnos el resultado. Debemos hacer nuestra parte y discernir porque el enemigo también viene a interrumpir nuestro proceso cuando sembramos mal y ahí es donde debemos saber qué es lo correcto que debemos hacer.

Cuando nos encontramos con lo inesperado, lo primero que hacemos es llenarnos de temor y angustia, pero desanimarnos nos llevará a tomar acciones que no corresponden. Acciones correctas en el momento incorrecto pueden ser catastróficas. Satanás quiere que nos entristezcamos y culpemos a Dios, pero si sabemos que es Él quien tiene control y peleamos correctamente, el enemigo no se saldrá con la suya. Además, el enemigo quiere que perdamos la fe y pensemos que nunca cosecharemos lo que hemos sembrado para bien. Pero necesitamos confianza para esperar y ver el fruto que a su tiempo podremos recoger. Recordemos siempre, que la semilla que sembramos con fe, podrá tener cizaña, pero un día a su tiempo, cuando la cizaña sea arrancada, dará fruto. Sigamos sembrando correctamente y con fe y veremos el fruto.

Reflexionemos

¿Qué dice tu cosecha de lo que has sembrado últimamente?

¿Qué cosas en tu vida tenés que cortar como cizaña?

Versículos para reflexionar

Mateo 13:24-52 - Gálatas 6:7

Oración

Padre bueno, en este tiempo mi vista está limitada por las circunstancia, pero tu palabra promete que lo que sembramos dará su cosecha. Te pido que me des sabiduría para saber cuáles semillas debo sembrar y el discernimiento que necesito para cortar la cizaña del enemigo. Confío en que eres bueno y veré el fruto de lo que he sembrado y me has ayudado a cultivar. Amén.