Usando la espada
No podemos entregarle la producción y el cuidado de nuestras armas a los enemigos, es necesario que cuidemos nuestro propio armamento de acuerdo con la voluntad de Dios; y así, enfrentar las luchas de la vida, no con las fuerzas del enemigo, si no con nuestras fuerzas; porque el enemigo busca nuestra destrucción y el Señor nuestra victoria.