Rompiendo el protocolo

María nos enseña que el amor, la gratitud y la adoración son hechos y que no nos podemos dejar intimidar por las reglas sociales y culturales para expresar nuestro amor al Señor. María nos enseña además que cuando se trata de adoración el costo, la calidad y cantidad sí importan, delante de Jesús que lo dio todo por nosotros.