Corre Pedro

A menudo, cedemos a la presión del grupo por el deseo de ser aceptados, populares o por orgullo. Sin embargo, Dios comprende nuestras debilidades y siempre está listo para protegernos. Él nos advierte de los peligros y nos brinda su apoyo. Huir de la tentación no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía que demuestra autocontrol y un firme compromiso con nuestros valores y fe. Al resistir la presión y elegir el camino correcto, mostramos verdadera fortaleza guiada por Dios.