Hecho a la medida
Jesús conoce el lenguaje de nuestros corazones, lo más profundo de nuestros rincones: temores, deseos, necesidades. Su toque tierno de sanidad puede cambiar nuestras vidas para siempre. El Señor sabe cómo tratar individualmente con cada uno de sus hijos, según nuestras necesidades. El trato de Dios contigo está hecho a la medida.