1+1
1 + 1 en el reino de Dios no es igual a 2. En nuestra relación íntima con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nuestros corazones experimentan un cambio radical. Así como Jesús se alejaba de las multitudes para estar a solas con su Padre Celestial, nosotros también debemos tener momentos a solas con el Espíritu Santo. Es ahí donde entendemos quiénes somos y quién es Él, donde nuestras vidas encuentran sentido. Fuimos creados para tener una relación 1 a 1 con el Creador del universo, que a la vez es nuestro mejor amigo, Padre y compañero.