Pesado vs Liviano

Los mandamientos de Dios no son una carga. Su palabra es un manual para el descanso, para disfrutar de Él. Ya tenemos lo más preciado, a Jesús; lo demás es añadidura. ¿Por qué afanarnos tanto? Jesucristo es nuestro reposo. El yugo de Jesús es liviano, porque Él es quien lleva la carga pesada y desea que dependamos de Su amor.