Sin ti, no voy
A menudo pensamos que las promesas y las tierras prometidas de parte de Dios representan el mayor propósito de nuestras vidas, que alcanzar aquello que más anhelamos es lo más importante. Sin embargo, Dios desea ser el centro, nuestra prioridad. Su mayor anhelo es que, en el camino hacia esas promesas, lleguemos a conocerlo verdaderamente por quien Él es. Él es quien dice ser.
Sin Él, no deberíamos caminar, porque nada en este mundo se compara con la plenitud de conocerlo y experimentarlo en profundidad.