¿Hasta cuando?
Los procesos y la espera pueden ser desafiantes. Como humanos, anhelamos resultados inmediatos, pero en la vida cristiana, Dios nos guía por tiempos que moldean nuestro corazón.
David, aunque destinado a reinar, vivió un largo proceso antes de estar listo para gobernar conforme al corazón de Dios.
La espera no es un castigo, sino una bendición que nos prepara para Su propósito.