Rompiendo el mito
Es mejor dar que recibir. Al sembrar generosamente, cosechamos en abundancia. En lugar de acumular lo temporal, estamos llamados a invertir en lo eterno, en lo que no se ve pero permanece.
La Biblia nos enseña a construir en la tierra con mirada en el cielo. Al dar nuestros diezmos y ofrendas, honramos a Dios, el dinero deja de ser nuestro amo y nuestros corazones prosperan.