Un buen cierre
Aunque muchas veces miramos atrás y vemos un año lleno de momentos buenos y también de dificultades, recordamos que en cada temporada Dios estuvo presente. Cada victoria y cada prueba formaron nuestro corazón y fortalecieron nuestra fe. No caminamos solos: seguimos siendo hijos de Dios, esa es y siempre será nuestra identidad. Por eso cerramos este año con gratitud, sabiendo que Él ha sido fiel. Levantamos nuestra mirada hacia lo que viene, confiando en que Sus planes siguen siendo buenos. Que este final de año nos encuentre firmes, expectantes y llenos de esperanza en Cristo.